La cantidad total de nitrógeno que se aplica varía dependiendo del tiempo que será necesario que esté mantenida la masa foliar y también de las pérdidas potenciales como lixiviación. La cantidad óptima de N varía con el tipo de suelo y los cultivos anteriores. Donde hay respuestas aparentes de aplicaciones muy grandes (>300 kg/ha), es importante averiguar si hay pérdidas por lixiviación.
Las patatas responden muy bien a NPK aplicado al sembrar. Una fertilización equilibrada de esa manera, muchas veces con aplicaciones de magnesio y azufre a la misma vez, asegura un buen arranque para un cultivo de patatas. Demasiado nitrógeno precoz puede dar un crecimiento vegetativo excesivo siendo contraproducente para la producción de tubérculos.
Con deficiencia de nitrógeno, las hojas toman un color amarillo/verde, son pequeñas y se caen prematuramente. La planta se queda atrofiada en su desarrollo con solo unos pocos tallos delgados. La producción es baja y de pocos tubérculos. Conozca más sobre el nitrógeno y deficiencias de otros nutrientes en Nutrición del cultivo de la patata.